Lección de PIXAR: Por qué el silencio de tu equipo te está costando millones

En la mayoría de las empresas, la innovación se espera que venga de arriba: de los líderes, de la alta gerencia, o del equipo de I+D. Pero si esa es tu única fuente de ideas, estás operando con un gigantesco punto ciego. El cofundador de Pixar, Ed Catmull, desafía este pensamiento jerárquico con una poderosa verdad:

«Si hay gente en su organización que cree no ser libre para sugerir ideas, usted sale perdiendo. No descarte las ideas que provienen de fuentes inesperadas.»

Esta frase es una declaración sobre la cultura de la seguridad psicológica. La verdadera innovación no ocurre en una sala de juntas, sino en el espacio donde el empleado más junior, el de limpieza o el de ventas, se siente lo suficientemente seguro y valorado como para decir: «Tengo una idea».

La anécdota de WALL-E: El origen inesperado de la magia

El principio de no descartar ideas inesperadas ha sido fundamental en Pixar. Tomemos el ejemplo de la película WALL-E. Cuando el equipo estaba desarrollando el concepto de un robot en un mundo destruido, la idea inicial era buena, pero ¿qué hacía falta para darle ese toque de magia y emoción profunda?

Una de las ideas más cruciales para la película no vino de los guionistas principales, sino de un ingeniero de software de un área diferente. La idea era darle a la película una secuencia de apertura de varios minutos que contara, de manera emotiva y sin diálogo, la vida de este robot solitario. Finalmente, se tradujo en 23 minutos de cine mudo que no solo conectaron al público, sino que le permitieron a la película ganar un Óscar.

Esta secuencia, un riesgo creativo que fácilmente pudo haber sido descartado por no venir del «equipo creativo oficial», se convirtió en el corazón emocional de la película. La cultura de Pixar, que valoraba cualquier idea sin importar su origen, permitió que esta gema creativa fuera escuchada, desarrollada y se convirtiera en un éxito mundial.

La magia de Pixar radica en que el líder entiende que la mejor idea puede venir de cualquier lugar, no solo del puesto con el título más importante.

La aplicación en tu organización: Tres principios para desbloquear la voz de tu equipo

Como líder, tu trabajo es asegurar que tu equipo crea en la libertad de expresión creativa. El silencio es el enemigo de la innovación. Aquí te dejo tres principios clave para cosechar ideas de fuentes inesperadas:

  1. Elimina el miedo al juicio: Crea un sistema donde las ideas se presenten de forma anónima o en formatos que no permitan la crítica inmediata a la persona. Recuerda: el juicio mata la creatividad. Tu equipo debe saber que no será ridiculizado ni castigado por proponer algo que parezca «estúpido» en una etapa temprana.
  2. Busca activamente el input de la periferia: No solo preguntes a tus gerentes de línea. Convoca sesiones de brainstorming con personas del call center, de logística o de soporte técnico. Ellos son quienes interactúan con el producto o el cliente de maneras que la gerencia nunca verá. La idea que resuelve tu próximo gran problema podría estar en el cubículo más alejado de tu oficina.
  3. Premia la iniciativa, no solo el resultado: Si un empleado junior sugiere una idea que no funciona, pero que demuestra curiosidad y pensamiento estratégico, prémialo. Al premiar el intento y la participación, no solo el éxito final, estás reforzando la cultura de que todas las voces son valiosas.

La lección de Pixar para los líderes es que el talento es abundante, pero la seguridad psicológica es escasa. Tu trabajo es construir el puente de confianza que permita a todas esas ideas llegar a la luz.


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