Cómo LEGO usó el Design Thinking para evitar la quiebra y convertirse en un ícono de la innovación

En 2004, la icónica marca LEGO estaba al borde del colapso. Con deudas masivas y pérdidas millonarias, la empresa había perdido su rumbo. En un intento por competir con los videojuegos y la tecnología, crearon productos complejos y licencias de películas que, paradójicamente, los alejaban de lo que los hacía únicos: la simpleza y la creatividad ilimitada de un ladrillo de plástico. Los líderes de la compañía se dieron cuenta de que no podían seguir compitiendo con la tecnología; tenían que volver a conectar con su esencia. Fue entonces cuando abrazaron el Design Thinking.

Paso 1: La inmersión en la empatía

En lugar de lanzar más productos, LEGO decidió detenerse y escuchar. Un equipo de diseñadores y antropólogos viajó por el mundo para vivir con familias y observar cómo los niños realmente jugaban. No hicieron encuestas, sino que se sentaron en el suelo, observaron la interacción y vieron las frustraciones de primera mano.

¿Qué descubrieron? En las entrevistas, los niños decían que querían lo último en tecnología, pero al jugar con ellos, se dieron cuenta de que lo que realmente los cautivaba era la libertad creativa. Los sets de LEGO complejos, con manuales de 100 páginas, les generaban estrés y, al final, la mayoría de los niños dejaban de armarlos a la mitad. El valor no estaba en seguir instrucciones, sino en la posibilidad de construir algo único.

Paso 2: La ideación con la comunidad

Con esta profunda comprensión, LEGO se dio cuenta de que la solución no estaba en competir, sino en colaborar. Crearon una plataforma llamada LEGO Ideas, donde los fans de todo el mundo podían enviar sus propias creaciones. Si un proyecto recibía 10,000 votos, LEGO lo evaluaba para convertirlo en un set oficial.

Esto fue una jugada maestra de Design Thinking. En lugar de encerrarse en una sala de reuniones, incluyeron a sus usuarios en el proceso de creación. Dieron voz a sus clientes más apasionados, transformándolos de consumidores en cocreadores.

Paso 3: El prototipado y la transformación

Los resultados fueron inmediatos y espectaculares. Al darle a los fans el poder de diseñar, LEGO no solo obtuvo ideas geniales, sino que también construyó una lealtad inquebrantable. Sets icónicos como el de Volver al Futuro, Cazafantasmas o incluso la Estación Espacial Internacional nacieron de esta colaboración.

La lección para los líderes de equipo es clara: el Design Thinking les dio a LEGO la humildad de reconocer que las mejores ideas no siempre vienen de arriba. Al escuchar y empoderar a su comunidad, no solo salvaron la empresa, sino que la hicieron más relevante que nunca. Hoy, LEGO es más que un juguete; es un símbolo de innovación y co-creación.

Como líder, tu mayor desafío no es tener todas las respuestas. Es crear un entorno donde la creatividad de tu equipo y de tus clientes pueda florecer. La historia de LEGO es una invitación a dejar de lado las suposiciones, a escuchar con empatía y a construir un proceso en el que las mejores ideas, sin importar de dónde vengan, puedan convertirse en realidad.


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